lunes, 24 de mayo de 2021

ARTÍCULO FINAL

 INTRODUCCIÓN.

En este artículo final, pretendo dejar constancia de todos mis procesos de aprendizaje, así como los propios conocimientos que he ido adquiriendo durante esta asignatura: didáctica de la lengua española. Además, también lo relacionaré con mi futuro profesional y con aplicaciones reales que seguramente pondré en práctica cuando sea maestra. Pero, antes de realizar el recorrido con los bloques que han sustentado esta asignatura, me gustaría recalcar lo que, en general, ha supuesto para mí. La teoría explicada en las clases modulares me ha ayudado mucho a establecer las bases de mis conocimientos actuales. Pero han sido las actividades prácticas las que me han permitido fijar, aclarar, profundizar y ampliar esos conocimientos e ideas recién “insertadas” en mi memoria. Además, me han permitido ser maestra por unos momentos y creer en que todo lo que aprendo es aplicable y no simples utopías (sensaciones que siempre he tenido y miedos sobre poder aplicarlos correctamente en mi futuro como educadora). Los conocimientos previos también han jugado un papel fundamental, como suele ocurrir en todos los procesos de aprendizaje socio-constructivos y significativos. Gracias a ellos, he podido constatar, corroborar y reaprender algunos aspectos que necesitaban ser detallados, modificados, completados y concretados. A continuación, realizaré un recorrido a lo largo de los bloques, como ya he comentado, indicando algunas ideas básicas de cada uno de ellos, así como su conexión con mis ideas previas, con mis prácticas realizadas, con las actividades desarrolladas en cada uno de los tres bloques y las correcciones obtenidas de dichas actividades. Además, también realizaré una breve reflexión sobre el proyecto 11, en concreto en el área de esta asignatura y por último, la aplicación a mi futuro profesional (ya no tan lejano).


Bloque 1. Lenguaje, lengua y comunicación oral.

En este primer bloque se pueden destacar contenidos principales y esenciales como qué es el lenguaje humano, qué nos aporta, su relación con el desarrollo de la cognición y el razonamiento, las señales y signos, los actos y funciones del lenguaje, la competencia comunicativa, la expresión oral… 


Los actos de comunicación y las funciones del lenguaje son otras de las ideas claves en este primer bloque. En concreto, el esquema de Jakobson con los elementos principales: Emisor, receptor, referente, canal, contexto, situación. Desde educación primaria, se nos empiezan a introducir estos términos y su función en los actos comunicativos. Se trata de algo básico para comprender la comunicación. Pasa lo mismo con las funciones lingüísticas: Expresiva (actitud del emisor), conativa (peso del acto comunicativo recae en el receptor), referencial (significado del mensaje), fática (canal, medio por el que se establece la comunicación), metalingüística (el propio lenguaje) y la poética (forma del mensaje mediante recursos literarios). 



Comenzaré explicando qué es el lenguaje humano: se trata de una facultad e instrumento de comunicación que sirve para organizar, clasificar y reducir nuestro entorno, lo que nos rodea. Además, gracias a él podemos desarrollar aspectos fundamentales en nuestro crecimiento, la cognición y el razonamiento. Se trata también de un medio de expresión que nos permite pensar, desarrollar nuestra capacidad memorística y auto expresarnos. El lenguaje no debe confundirse con la lengua, pues no son lo mismo. La lengua implica las correcciones de la capacidad de comunicar, es decir, las correcciones del lenguaje. “Son bienes culturales y manifestaciones de pequeñas o grandes culturas. Debemos salvaguardarlas y mantenerlas vivas” (Labajo, 2020), pues son parte de nuestra historia y de nosotros mismos que nos permiten intercambiar información con el resto del mundo. Esto para mí fue algo esclarecedor, pues aunque sabía que estos términos no significaban lo mismo, no comprendía del todo cuál era la diferencia. Fue un gran paso en mi proceso de aprendizaje, pues en la escuela nunca llegué a comprender la diferencia. A continuación, otra idea que también es clave para comprender el lenguaje y la lengua es el significado de las señales y signos (que incluyen los indicios, los iconos y los propios signos o símbolos). Los indicios tienen una relación natural entre los dos fenómenos y no es arbitraria; los iconos dependen de la arbitrariedad humana y los signos o símbolos implican la no semejanza entre los dos fenómenos, tratándose de ser explícitos y arbitrarios.  Aunque aparentemente esto no sea significativo la primera vez que se lee o escuche, descubrí una vez leído el bloque entero su importancia. El lenguaje no es solo el hablado o el escrito, aunque suelen ser los más comunes y predominantes. También comunican esos signos, esos indicios y esos iconos. Estas señales y signos son mensajes que nos transmiten en ocasiones información importante y relevante pero de una manera mucho más directa. Además, nos pueden resultar muy prácticos, pues emplean el razonamiento lógico que se comienza a desarrollar en los primeros meses de vida, por lo que se pueden trabajar habilidades con los niños antes de que sepan leer. Aunque en la etapa de educación primaria esto no importe, pues saben leer a grandes rasgos, siempre es de utilidad el conocer estos signos, pues en ocasiones aclaran y aportan información más directa y comienzan a abrir caminos en el aprendizaje de la lengua y lenguaje en los aprendices.

Por otro lado, se define también la competencia comunicativa como “capacidad de comportarse de manera eficaz y adecuada en una determinada comunidad de habla” (Labajo, 2020). Hymes la relaciona con saber cuándo hablar, cuándo no, de qué hablar, con quién, dónde…  en definitiva, de la adecuación. En la escuela esto apenas se trabaja, y en las prácticas que he realizado recientemente he podido constatarlo. Esto es para mí, un gran error. Nos esforzamos en realizar exposiciones individuales o en parejas (como pude vivenciar en estas prácticas), obviando las situaciones comunicativas de gran grupo donde se puedan observar otros aspectos, como puede ser el de la adecuación o la comunicación de naturaleza social. Y es en este momento, cuando el bloque trata aspectos que son primordiales para cualquier maestro: el papel de estos tres elementos en las aulas de educación primaria. Se comienza explicando la adquisición y el desarrollo de la comunicación en los niños. “El niño debe incorporar e integrar una serie de estructuras lingüísticas propias de su lengua para que se consoliden, pero para ello debe poseer estructuras biológicas, psicológicas y ambientales idóneas”. Piaget define el desarrollo comunicativo infantil en diferentes pasos: repetición, monólogo, monólogo colectivo y diálogo y comunicación real que comienza en primaria. El objetivo de enseñanza del área de la lengua castellana en primaria es el siguiente: desarrollo de competencia comunicativa pragmática, lingüística, sociolingüística y literaria. Pero, como ya he comentado, esto está muy lejos de ponerse en práctica en las escuelas, pues suelen dar única prioridad a la competencia lingüística, normalmente dejando de lado todas las demás. No obstante, como futura maestra, agradezco conocer estos aspectos, pues me permitirán crear actividades y situaciones donde desarrolle esas competencias lingüísticas en el aula de una manera funcional, atractiva y motivadora para cada uno de los aprendices.

Por otra parte, Lineros resume las características de la lengua oral, aspecto que también me ayudó a ordenar mis ideas: el canal que se utiliza es el canal auditivo, emisión y recepción del signo es sucesiva, comunicación espontánea, comunicación inmediata en tiempo y espacio, comunicación efímera, uso de códigos paralingüísticos, interacción y contexto extralingüístico. El contexto extralingüístico y los códigos paralingüísticos también son obviados en ocasiones en la escuela. En mi infancia nunca me enseñaron la importancia de la comunicación corporal y no verbal. De nuevo en mis prácticas pude constatar esto, y es algo que de nuevo, me parece un gran error. ¿Cuántas veces comunicamos en nuestro entorno y sociedad en general aspectos de nuestra personalidad sin darnos cuenta?, ¿cuántas veces nos ha pasado transmitir algo que no somos o que no pensamos? Son aspectos importantes para tener en cuenta, y cuanto antes mejor. Es por ello por lo que la comunicación no verbal debería ser tratada también en la escuela, para formar a los alumnos a tomar conciencia de su propia imagen y de su expresión corporal; y, sobre todo, a decidir qué imagen quieren transmitir sobre ellos mismos.

Posteriormente se explica otra idea primordial en este bloque: la expresión oral. Se define primero qué es ser un buen hablante: “es un buen emisor de cuantos signos puedan ser utilizados para transmitir información e interpretados por un receptor al que ha de tener en cuenta… - Un buen hablante es aquel que considera a su receptor e interlocutores”. Por tanto, uno de los objetivos que hay en la educación primaria es lograr aprendices que sean buenos hablantes y comunicadores. Para ello, el aula debe ser un “contexto estimulante, motivador… donde existe un clima de respeto absoluto”, “una escuela como ensayo de la vida social”. Se describen además algunos factores fundamentales a tener en cuenta: “La correcta articulación de las palabras, la pronunciación, la respiración adecuada, la disminución del ruido, el lenguaje corporal, la postura, los gestos, la expresión facial, el volumen de la voz, la duración de las frases, la fluidez de las palabras, la duración de las pausas, la velocidad, el ritmo, la intención comunicativa, los errores lingüísticos y las incorrecciones gramaticales, el uso correcto y oportuno del idioma, la documentación sobre el tema a tratar, etc. (Labajo, 2020)”, que me han sido de gran ayuda tanto para la realización de la actividad correspondiente como para mi práctica en mi futuro profesional. Se trata de una información muy importante y de gran utilidad para poder evaluar y enseñar a los niños a comunicarse adecuadamente. Asimismo, se describen también unas ideas para orientar nuestra práctica como maestros, “para hablar hay que crear situaciones donde se hable y se haga de forma adecuada, lúdica y constructiva. La clase de lengua no es el único momento de este desarrollo comunicativo oral. Nos apoyaremos en experiencia de diferentes profesionales relacionados con la temática y entenderemos la comprensión y expresión oral como capacidades interdependientes y que deben trabajarse conjuntamente”. Son ideas y orientaciones que agradezco tener, pues me tranquilizarán a la hora de planificar y realizar actividades en el aula. 


Se detalla la diferencia entre oír y escuchar para comprender la importancia de una buena comprensión oral. Esta diferencia si la tenía clara, pero me ha ayudado a consolidar esos conocimientos y a fortalecerlos. Y una frase que para mí ha sido la conclusión de esta parte ha sido la siguiente: “En acto comunicativo el receptor debe convertirse en escuchador. - Hay que enseñar a los niños a escuchar, ejemplificar conversaciones dirigidas con pausas”. Además, otra de las claves que se ha dado ha sido la de conocer al grupo, para poder poner en práctica las estrategias y los objetivos a trabajar correctamente y adecuándonos a sus intereses y necesidades. Este aspecto es esencial para cualquier creación de procesos de aprendizaje, así como los de enseñanza, pues para llegar a los aprendices, debemos conocerlos.

Y, finalmente, el bloque nos da a conocer dos principales prácticas para establecer en clase y practicar la comunicación oral. Se describen dos comunicaciones: las plurales y las singulares, que deben trabajarse por igual pues se obtienen diferentes técnicas y habilidades igual de importantes. Un fragmento que para mí ha sido primordial para comprender esto ha sido el siguiente: “Habría que empezar por las más próximas al niño, es decir, por las comunicaciones plurales, la expresión oral en grupo. Este tipo de interacciones se utilizan ya en la educación infantil y deben sistematizarse en primaria. Es interesante ir introduciendo, poco a poco y teniendo en cuenta el momento evolutivo de los alumnos, las comunicaciones singulares” (Labajo, 2020). Ha sido realmente revelador leer ese párrafo concreto, pues siempre se ha prestado mucha más atención a las comunicaciones individuales desde el principio, aspecto que es totalmente contrario a lo que se defiende en ese fragmento. Ha sido todo un aprendizaje que me ayudará en mi futuro como maestra, a formar a los aprendices en ser buenos comunicadores. Pero para ello, deberé dar prioridad en los primeros cursos a esas comunicaciones plurales para poco a poco, introducir las individuales atendiendo a su ritmo evolutivo y cognitivo. Por otra parte, se presentan diferentes recomendaciones que también me han sido muy útiles y que emplearé con toda seguridad en mi futuro profesional. También se muestra un esquema para las intervenciones orales individuales que me será de mucha utilidad, tanto para la enseñanza de estas a los niños, como para una correcta evaluación. 

                                

Y, para finalizar con este viaje de este primer bloque, me gustaría destacar, al igual que lo hice en la actividad de este bloque, la cita de Mari Carmen Díez que me hizo y aún sigue haciéndome reflexionar sobre nuestra actuación en el aula y el impacto que ésta tiene en los aprendices: “los niños suelen ver a los profesores como una gran boca que habla y habla y habla… La escuela ha de ser una gran oreja (verde) que escuche a quienes, con nuestra mediación, han de construir sus propias competencias y sus propios aprendizajes”. Desde luego ha sido una frase iluminadora en mi proceso de aprendizaje que espero poder tener siempre presente y en cuenta cuando sea maestra. La voz de los niños suele pasar desapercibida y en ocasiones se ignoran. Yo nunca he llegado a comprender el motivo y desde luego no he estado de acuerdo. En estas últimas prácticas he comprobado esta situación en algunos momentos, y desde luego opino que perdemos perspectiva de la vida y tiramos por la borda millones de oportunidades para contemplar y vivir la vida como lo hacen los niños. He terminado esas prácticas con la sensación de haber recibido muchos aprendizajes que han venido de la mano de los propios niños. Escucharles me han abierto una multitud de visiones sobre el mundo, de planes de futuro, de ilusiones sobre el mismo… Tenemos mucho que aprender de ellos, pero para ello, debemos dejarles hablar y, sobre todo, escuchar su voz sabia con atención.


En la primera actividad, realicé una propuesta de comunicación oral de gran grupo, donde toda la clase debía intervenir bajo unas normas y sobre un tema (en mi caso escogí el tema de los patios y su disposición) abierto para que pudieran establecer una comunicación social y espontánea, alejándose de la egocéntrica que suele estar tan presente en los niños. Fue una tarea difícil pero que me ayudó muchísimo a fijar los aprendizajes obtenidos y a ponerlos en práctica. Me encantó poder realizarla, pues de alguna manera me imaginaba haciéndola en una clase. Se trató de una propuesta que no solo me ayudó a fijar aprendizajes sino que también me permitió ser maestra por un rato y como decía en la introducción, comprobar que estos aprendizajes son aplicables en la realidad escolar y no meras utopías que no se pueden poner en práctica por su dificultad o inadaptabilidad. Esta actividad despertó en mí de nuevo la ilusión por ser maestra y según fui pensándola y redactándola imaginaba estar aplicándola en cualquier aula de cualquier colegio. Considero que esa imaginación me ayudó a concretar y definir todos los pasos de la actividad.

Las correcciones de mis compañeras me ayudaron enormemente, pues me hicieron caer en aspectos que no tuve en cuenta y replantearme ideas que tenía como validadas. Los feedback son muy necesarios, junto con las evaluaciones y no solo he podido aprenderlo en la actividad, sino también fuera de ella, precisamente con esos comentarios. 

Durante mi escolaridad y prácticas en centros educativos, nunca se ha prestado importancia a la práctica de la competencia de comunicación oral. Siempre se ha evaluado con pequeñas exposiciones en forma de monólogos o con la declamación de diferentes poemas (algunos incluso memorizados). En las prácticas que tuve en el primer semestre, esta competencia se evaluaba incluso en las típicas lecturas en voz alta de gran grupo, donde uno a uno leía un mismo libro y durante esa lectura (sin una preparación previa) se evaluaba la competencia de expresión oral. Nunca me ha parecido justo este hecho, pero nunca sabía definir el por qué de esta opinión. Ahora, gracias a esta asignatura, puedo detallar el por qué. En un primer lugar, esa lectura, al no estar realizada con una preparación previa, no puede o no debería evaluarse como una competencia de expresión oral, pues para ello, el niño debe conocer la intencionalidad y naturaleza del texto y entonar o articular para comunicar al resto de compañeros lo que lee. En un segundo lugar, la competencia de expresión oral debe practicarse previamente para después poder evaluar. Como ya he comentado, debemos valorar también los procesos y no solo un resultado. Y en tercer lugar, desde mi punto de vista la expresión oral debe valorarse en otras situaciones más funcionales y actualizadas, como por ejemplo en actividades donde tengan que explicar algo, interactuar entre ellos, o incluso leer para otros compañeros pero habiendo practicado previamente.

La actividad que he realizado me ha servido también para poder cambiar esta situación como futura maestra, e intentar establecer diálogos sociales (no egocéntricos, en la medida de lo posible) y tratar de establecer unas bases comunicativas sólidas para el futuro de los aprendices. Siempre he considerado muy difícil conseguir enseñar de una manera práctica y funcional, no solo este aspecto sino todos en general, pero en actividades como esta compruebo (como ya afirmo en la conclusión de la actividad de este bloque) que con tiempo y esfuerzo previo, se puede lograr. Son actividades que me permiten también coger confianza en mí misma, en practicar como si ya estuviera ejerciendo como maestra, y en disfrutar del oficio con una preparación puramente práctica. 

En definitiva, a lo largo de las explicaciones de clase, de la lectura detallada de este primer bloque y sobre todo de las actividades y correcciones, he podido reflexionar sobre la importancia de la comunicación oral y de lo desapercibida que siempre pasa. Cuando sea maestra, prestaré especial atención en esta competencia y procuraré darle la importancia que merece, resaltándola y explicándosela a los niños y niñas.


Bloque 2. Comunicación escrita: la lectura.

En este bloque existen numerosas ideas clave para comprender el proceso de lectura, así como métodos de aprendizaje y formas de abordarla atendiendo a los objetivos y formas de lectura. El bloque comienza explicando el papel de la lectura en la educación y detallando que es la peor competencia que se trabaja en las escuelas. Se define a continuación qué es leer y qué implica este acto: “Leer no es solo descodificar un texto, es interpretar, comprender, relacionar, tomar partido… El lector aporta a la comprensión todos sus conocimientos previos. - La lectura permite formar el pensamiento y la opinión, despejar dudas, desarrollar actitudes críticas, conseguir aprendizajes autónomos… (Labajo, 2020)”. En el acto lector voluntario el lector descodifica el texto y le atribuye significados connotativos y denotativos. Ese mensaje que ha captado se retiene en la memoria que permite aumentar su “acervo cultural”. Además, debemos establecer la clara diferencia entre la lectura oral y la silenciosa (comprensiva e ideo visual). 


·       Las inferencias son los siguientes componentes esenciales en el proceso de lectura. Se definen, según la RAE como: “sacar una consecuencia o deducir algo de otra cosa”. Debemos distinguir entre inferencia de referencia. La referencia “es un acto realizado por un emisor que crea un mensaje para referirse a algo” y la inferencia “es un acto que realiza el receptor del mensaje para interpretar la referencia a partir de sus conocimientos”. Las inferencias son clave en cualquier acto de comunicación y de ellas dependen su éxito. Además, son constantes: “Inferimos siempre que comprendemos porque comprender es interpretar. - Las inferencias lógicas son aquellas que podemos deducir, anticipar o concluir de un texto, es importante trabajarlas con los estudiantes. También son inferencias las hipótesis de significado de palabras o frases dentro de un contexto, que favorecen su comprensión inmediata” (Labajo, 2020). De pequeña, experimenté este proceso de lectura poco a poco, hasta que conseguí lograr una lectura comprensiva realizando inferencias en todo momento. Siempre he reflexionado sobre ese momento clave, que me permitió comenzar a leer correctamente y con ello disfrutar plenamente de esa lectura. Sin embargo, ha sido en este bloque donde he conocido el proceso en profundidad y dado nombre a cada sensación que fui obteniendo durante la lectura. Quizás la más llamativa ha sido la palabra inferir. Cuando leí su definición y función en el proceso lector, comprendí ese cambio que se dio durante mi niñez-adolescencia. Ha sido realmente significativo para mí descubrir estas micro habilidades que se ponen en marcha durante la lectura. Como futura educadora ha sido también un gran aprendizaje, pues considero que sabré enseñar a los aprendices a leer poco a poco y adquiriendo dichas habilidades para que consigan no solo leer, sino también comprender e inferir durante el proceso de lectura. Considero que es uno de los mayores retos en la educación, pues hasta ahora no se ha conseguido lograr una enseñanza óptima de la lectura en la etapa de educación primaria. Esto ha conllevado a arrastrar esas deficiencias lectoras a cursos más avanzados, como la enseñanza de secundaria e incluso el bachillerato. ¿A qué esperamos entonces para cambiar esta situación?
Estas micro habilidades cobran especial importancia a la hora de crear actividades, metodologías y situaciones donde se propicie el aprendizaje de la competencia lectora. Gracias a ellas, he podido concretar la propuesta de este bloque, y crear actividades diferentes para trabajar esas habilidades.

A continuación, se comienza detallando todas las micro habilidades que deben trabajarse para lograr una lectura comprensiva y efectiva.

·        La atención. Se define esta habilidad como “la orientación seleccionadora de estímulos internos y/o externos. – La atención es la concentración en el acto de leer donde se atiende a los significantes y significados… La atención lectora tiene que ver con tres elementos: el lector, el texto y el objetivo pretendido”. Pero, para trabajar esta habilidad es necesario escoger momentos adecuados para la lectura y el texto que escojamos debe presentar alguna motivación en el niño, ya sea intrínseca o extrínseca. Por otra parte, y algo que me parece primordial, es lo siguiente: “debemos ejercitar la atención en diferentes ámbitos; para sustentar la habilidad visual y la comprensión y para realizar lecturas de búsqueda selectivas”.

·        Por otra parte, la memoria también cobra especial importancia. Cuando leemos utilizamos constantemente la memoria para interpretar y relacionar elementos entre sí. De hecho, es una de las bases necesarias para realizar inferencias que mejorarán la comprensión del texto leído. Existen tres tipos de memoria: a corto, medio y largo plazo. Definiremos brevemente estas tres memorias pues colaboran estrechamente en el proceso de lectura, pero no tienen las mismas funciones. “La memoria a corto plazo nos sirve para ir ensamblando los fragmentos significativos que vamos extrayendo del texto en cada una de las fijaciones que realizamos. Sin ella es imposible descodificar y menos aún comprender….- La memoria a corto plazo nos sirve también para relacionar datos del texto”. La memoria a medio plazo nos sirve para establecer relaciones entre lo que estamos leyendo y lo que hemos leído hace poco tiempo, conectando esos dos momentos importantes para la comprensión del texto. Y, finalmente, la memoria a largo plazo nos sirve para todos los demás aspectos que intervienen en la lectura. “Gracias a ella podemos saber lo que significan las palabras y las frases hechas, podemos anticipar estructuras y sentidos, dar un significado global a un texto leído. La memoria a largo plazo se sustenta en todo lo que sabemos y en las estrategias individuales y sociales que nos permiten entender, valorar, juzgar... lo que nos rodea” (Labajo, 2020). Para leer bien es imprescindible trabajar los tres tipos de memoria y relacionarlos continuamente con la atención.

·        La comprensión es el tercer elemento indispensable para el acto lector. La lectura implica esa comprensión, por lo que “construir el significado del texto se logra haciendo hipótesis de significado y comprobando si se cumplen y confirman esas hipótesis… La verificación de hipótesis se consigue leyendo el texto en profundidad”.


A continuación se definen los métodos de aprendizaje de la lectura son esenciales para enseñar a leer de manera comprensiva y adaptada a cada uno de los aprendices. Definiré brevemente cada uno de ellos para realizar una conclusión sobre cuáles son los más adecuados.
- Los métodos sintéticos son los más antiguos y trabajan de la síntesis al análisis. No son significantes y requieres un alto grado de razonamiento simbólico y actúan sobre la ruta fonológica. Este método favorece los procesos de memoria rápidos, proporcionan autonomía al alumno pero son poco motivadores y no responden a la psicología del aprendizaje. Dentro de estos métodos existen tres sub-métodos: el alfabético (métodos que siguen una progresión sintética pura letra sílaba palabra frase), el fonético (son también métodos de progresión sintética pura sonido/letra, sonido/sílaba, sonido/palabra, sonido/frase. Es más lógico que la alfabético y además desarrolla la capacidad de articulación y pronunciación de las palabras) y el silábico (métodos de progresión sintética solicitada como remedio al problema de la progresión sintética pura tomando como base la sílaba. Se adecúa mucho más que los anteriores a la realidad material de emisión del sonido).
- Por otra parte, encontramos los métodos globales o analíticos.Se fundamentan en planteamientos científicos de la pedagogía activa”. Son métodos contextuales y léxicos que trabajan el análisis de los elementos desde los mayores a los menores en un contexto global de motivación. Favorecen el aprendizaje y tienen en cuenta la motivación. Existen tres métodos analíticos: el fraseológico que sigue una progresión analítica pura: frase, palabra, sílaba y letra. El contextual que también sigue una progresión analítica pura: frase, palabra, sílaba, letra. Y, finalmente, el léxico que sigue una progresión analítica suavizada palabra sílaba letra. Y finalmente, encontramos también los métodos mixtos que utilizan elementos y técnicas de los métodos anteriores. Dentro, encontramos los métodos eclécticos que parten de palabras frases o textos simples y cuyo objetivo es dar a conocer al niño los elementos de la lengua y el mecanismo de la lectura métodos personalizados.
- Y, por otro lado, encontramos el modelo constructivista. El aprendizaje se basa en la lectura y la escritura en situaciones comunicativas funcionales y significativas, donde el niño escribe siempre en situaciones funcionales y reales de lectura y escritura. “En España seguimos utilizando metodologías de base sintética que se fundamentan en la ruta fonológica donde acostumbramos a los cerebros a descodificar en lugar de acostumbrarlos a reconocer y otorgar significados directamente es decir a comprender lectura ideo visual”. En infantil utilizamos modelos como Letrilandia o micho donde les enseñamos a leer fonológicamente y luego en primaria “les obligamos a desaprender la descodificación para aprender la lectura ideo visual comprensiva” (Labajo, 2020). Por ello, como futuros educadores debemos cambiar esta situación, proponiendo un método de lectura funcional, motivador y socio-constructivista desde la etapa de educación infantil, para evitar ese cambio brusco que no hace más que dificultar el proceso de aprendizaje de los niños en la lectura. No solo eso, también les alejamos de ella y creamos sentimientos de rechazo, frustración y aburrimiento durante esta práctica que debería ser motivadora y de disfrute. Por tanto, todos los educadores tenemos el deber y la misión de crear momentos motivadores en el aula (y fuera de ella) donde se favorezca una lectura de forma natural y experiencial, de forma que se trate como una herramienta, como algo necesario en nuestras vidas (que lo es sin duda. Sin embargo, y desde mi experiencia y mi opinión, en la escuela no abordan esta competencia desde este punto de vista, sino simplemente como algo calificable y que se necesita aprender “porque sí”).

Mi experiencia de lectura en la etapa de educación primaria fue realmente frustrante. Me mandaban leer libros y textos que para nada despertaban en mí interés alguno, y leía por leer. Puedo afirmar que si me hubieran enseñado a leer de esta manera, hubiera leído mucho antes y con mucho más interés, logrando alcanzar una lectura realmente comprensiva y motivadora. Ahora, en mi formación como maestra, me encuentro en el deber y obligación de cambiar esto y favorecer realmente situaciones así: de interés, motivacionales, funcionales, significativas… e incluso tratar a la lectura como un juego, como algo divertido que nos permite entrar en mundos nuevos e incluso nos permite conocernos a nosotros mismos.

La lectura en voz alta y silenciosa es otro de los puntos importantes en este bloque que cobra también relevancia. La lectura en voz alta tiene una función social de información; es aquella cuyo destinatario último es el auditorio y cuya finalidad es auténtica comunicación.  Consta de un doble emisor un doble receptor y canal pues el lector pasa de ser solo receptor a ser receptor y emisor vicario. “La lectura en voz alta es un acto de expresión oral muy complicado que hay que entrenar y trabajar”. En la escuela se empeñan en evaluar en la lectura en voz alta aspectos como la entonación o comprensión lectora, cuando esto se debería hacer con una preparación previa para conseguir lo primero y con una lectura silenciosa en lo segundo. En mis prácticas pude vivenciar este aspecto: les pedían leer en voz alta, todos los demás debían seguir el texto y al final se les preguntaba aspectos sobre lo leído. Toda mi infancia en la escuela consistió en esto mismo y me apenó observar cómo la situación no ha evolucionado nada en casi 12 años.  “El proceso adecuado en cualquier lectura oral es el siguiente: la persona que va a leer prepara la lectura para poder convertirse en un buen transmisor, la transmisión oral de texto también debe ensayarse delante de un espejo, se realizan ensayos de calidad sin cortes ni interrupciones intentando mirar de vez en cuando al mismo, el resto de la clase mantendrá el libro cerrado y escuchará la lectura de sus compañeros” (Labajo, 2020).


Los buenos ejemplos lectores de los maestros son absolutamente imprescindibles y pocas veces he visto a mis maestros leer con nosotros u observarles leer algo. En mis prácticas ocurría algo semejante; mientras los niños debían leer un libro, la maestra tecleaba en un ordenador. De nuevo, esto me ha hecho reflexionar sobre mi papel cuando sea maestra y sobre la importancia de mis actos como espejo para el de los aprendices. Las habilidades que se trabajan en esta lectura oral son: la anticipación ocular y disociación óculo vocal, la articulación, la respiración, la pronunciación, entonación, expresividad… todas ellas pude crearlas en la actividad práctica que me sirvió para fijar estos conocimientos y para ponerlos en práctica como educadora. En la actividad además, pude seleccionar el texto, poniendo en práctica lo que también he comentado antes sobre la motivación, escoger un momento oportuno, diferenciar entre la lectura oralizada y silenciosa…

En definitiva, al igual que en la actividad del bloque 1, me permitió poner en práctica los aprendizajes adquiridos y preparar una parte de mi práctica como maestra en este ámbito. Este bloque para mí ha sido muy importante, pues siempre he considerado muy difícil abordar la lectura adecuadamente, y gracias a la teoría y sobre todo a la práctica he podido constatar cómo es posible si se emplea tiempo y esfuerzo en ello.
Finalmente, debemos destacar que existen varios tipos de lectura. “Llamamos lectura extensiva a la que realizamos cuando leemos textos completos con el fin de comprender su sentido general”. Este tipo de lectura permite análisis subjetivo global, realización de inferencias. La lectura intensiva es la que realizamos cuando tratamos de obtener informaciones concretas de un texto; es analítica y afecta a gran parte del trabajo escolar. Lectura rápida y superficial es la que siempre hemos llamado de búsqueda y tiene como objetivo encontrar elementos significativos necesarios en un texto. Lectura involuntaria no es analítica pero también está relacionada con la fluidez.
Y atendiendo a la velocidad de lectura puede ser integral de todo el texto o selectiva cuando escogemos solo partes del texto que tienen información que estamos buscando. La existencia de varios tipos de lecturas la conocía intuitivamente, pues con la práctica lectora de más de diez años he ido adquiriendo precisamente esos diferentes tipos de lectura. No obstante, leer en profundidad su existencia y su clasificación me ha permitido profundizar en ese conocimiento intuitivo y concretarlo en un conocimiento de causa, aspecto que de nuevo agradezco, pues considero que mejorará mis enseñanzas en un futuro.
En definitiva, me gustaría destacar otro fragmento de la teoría que ha sido sin duda una de las conclusiones que he obtenido para mi futuro como educadora en el ámbito de la lectura: “debemos plantear actividades que permitan a los estudiantes enfocarse atención y memoria a los aspectos anteriores investigando, relacionando, analizando… para ello resulta imprescindible que antes de leer sepan qué tipo de preguntas vamos a hacerles lo que ejercicios vamos a plantearles” (Labajo, 2020).
Me gustaría finalizar este bloque reflexionando sobre los grandes aprendizajes que también obtuve sobre las evaluaciones. Como ya comentaba en la propuesta, “La importancia de la evaluación va más allá del seguimiento escolar de los propios estudiantes. Se trata de un instrumento de seguimiento y valoración de los resultados obtenidos por los escolares para, al mismo tiempo, poder determinar si los procedimientos y metodologías educativas elegidas están siendo los adecuados” (UNIR, 2020).

Cuando comenzamos el curso y durante todo este tiempo, siempre he pensado que evaluar conlleva calificar con una nota numérica. Durante mi formación, fui conociendo pros y contras sobre estas calificaciones, donde concluí, entre otras cosas, que la calificación si se realiza únicamente mediante pruebas y exámenes, no siempre es justa al nivel de aprendizaje real de los niños. Ha sido concretamente en este segundo bloque, donde descubrí, gracias a las explicaciones dadas en clase, que evaluar no implica siempre la calificación numérica. Evaluar puede (y debería) ser también valorar el proceso de aprendizaje, donde precisamente se tienen en cuenta aspectos como la realización de tareas, el seguimiento de las pautas recomendadas, la implicación y esfuerzo del aprendiz… Y no solo eso, también aprendí la importancia de valorar las prácticas del propio maestro en ese proceso de enseñanza-aprendizaje, que es igual de importante si queremos mejorar y progresar en nuestras formas de actuar y explicar diferentes cuestiones en clase. Es decir, la evaluación es muy necesaria, por no decir que es imprescindible, tanto para aprendices, como para maestros. Gracias a ella, podemos seguir con detalle todos los pasos que se han ido dando y prestar atención a nuestros puntos débiles y asegurar nuestros puntos fuertes. Se trata de dejar constancia de las evoluciones que se van obteniendo con el paso del tiempo. Las autoevaluaciones también fueron otro descubrimiento, pues aunque conocía su existencia, nunca me paré demasiado a reflexionar sobre ellas. Estas autoevaluaciones, que realizamos o deberíamos realizar tanto los aprendices como el profesorado, es parte del proceso de enseñanza-aprendizaje, y del aprendizaje propio. Sin ellas, considero que no somos del todo conscientes de nuestros avances y de las mejoras que debemos conseguir con el paso del tiempo. 

Las autoevaluaciones son un instrumento muy valioso que nos otorga información fehaciente sobre nosotros mismos y nos permite desarrollar el sentido de autocrítica y objetividad. También conocí los diferentes instrumentos que se pueden utilizar para esta evaluación, como las hojas de evaluación y rúbricas. En las primeras se colocan diferentes ítems y números del 0 al 5 por ejemplo, que evalúan el grado de consecución. En las celdas se marca una x para indicar ese grado. En las rúbricas ocurre algo similar: lo único cambiante es que en dichas celdas se establecen criterios que ayudan a establecer los grados de consecución. Durante las actividades prácticas, reflexioné sobre esta diferencia, que en principio no es mucha. Deduje que probablemente las rúbricas facilitarían a los niños a autoevaluarse, pues los números y etiquetas que indican ese grado de consecución puede llegar a ser subjetivo si no se sabe exactamente qué se valora en cada uno de ellos. Como maestros, podemos utilizar más las hojas de observación o las rúbricas, sin importar mucho esta diferencia.


En las prácticas que he podido realizar y en mi periodo escolar jamás he observado esta forma de evaluar. Siempre he estado en contacto con calificaciones basadas únicamente en resultados y en ocasiones no entendía el porqué de la nota obtenida. Fue sin duda unos pasos que di marcha atrás en mi proceso de aprendizaje, pues no entendí los resultados que conseguí. Con este aprendizaje he constatado la gran diferencia entre aprender única y exclusivamente con valoraciones cuantitativas, y con al menos combinarlas con valoraciones cualitativas, como de hecho se realiza en esta asignatura universitaria. El aprendiz conoce mucho mejor su proceso de aprendizaje y los resultados obtenidos gracias a esos procesos, como ya he comentado previamente, pero también le permite reflexionar meta-cognitivamente sobre sus actuaciones.

La lectura silenciosa, por el contrario, sí que permite comprender el texto, realizar inferencias, mejorar la fluidez y la memoria de la que hablábamos previamente. Existen muchos procesos que están implicados en la lectura y que debe conocer cualquier maestro para evaluar y enseñar adecuadamente a los niños a leer: perceptivos (que tratan de identificar signos gráficos con fijaciones), léxicos (donde se reconocen las palabras por las dos vías, visual y fonológica), semánticos (extracción del significado e integración de la información en el conocimiento) y los sintácticos, que construyen la estructura correspondiente. “La lectura silenciosa es la que utilizamos habitualmente y tiene como objetivo la comprensión. Llamamos lectura extensiva a la que realizamos cuando leemos textos completos con el fin de comprender su sentido general. Este tipo de lectura permite análisis subjetivo global, realización de inferencias” (Labajo, 2020).



Bloque 3. Comunicación escrita: la escritura. 

En este último bloque se desarrollan las bases de la escritura, los procedimientos y habilidades que se ponen en marcha con este proceso, su didáctica en el aula o como aplicar los conocimientos en el aula, la diferencia entre grafomotricidad, caligrafía y escritura… y algo esencial que se describe en la introducción el bloque es el enfoque actual sobre el desarrollo de la escritura en el aula de primaria a partir de dos reflexiones: que “aprender a escribir es aprender a usar la lengua escrita en una gran diversidad de situaciones” y que “la escuela ofrece, o debería ofrecer, una gran diversidad de situaciones de uso de la lengua escrita a lo largo de la escolaridad” (Labajo, 2020).


Comenzamos definiendo qué es la escritura. “Proceso por el que se pasa de la posesión interna de un concepto, idea o pensamiento a la transformación de ese concepto, idea o pensamiento mediante una codificación de símbolos gráficos, con intención comunicativa”. Los procesos generales en la escritura son la codificación de palabras y la composición escrita o proceso de creación de textos con finalidad educativa. Por otra parte, la grafomotricidad, solo utilizada en escritura manuscrita, “es el control motor asociado a la grafía que implica direccionalidad, tono muscular, coordinación visomotora y ubicación espacial” (Labajo, 2020). Otras habilidades que intervienen en la escritura son la percepción, la integración viso auditiva, el desarrollo de estructuras temporales, memoria auditiva y visual, lateralidad y bidireccionalidad correcta… La cognición y metacognición son otros de los elementos que influyen directamente en este proceso de escritura, junto con el de lectura. La teoría de la mente nos explica que esta capacidad de metacognición nos permite “pensar que pensamos”. Y algo que me parece muy curioso y que incide precisamente en las rutinas de escritura que propondré es lo siguiente: “Esta capacidad empieza a aparecer ya en etapas tempranas del desarrollo, durante la niñez. Entre los tres y los cinco años, los niños empiezan a mostrar respuestas concretas que, en ojos de los investigadores, corresponden a la activación de su capacidad para realizar la metacognición” (Regader, s.f.).
Asimismo, encontramos dos procesos implicados en la codificación léxica: la ruta fonológica, donde se activan las reglas de conversión fonema-grafema y la ruta ortográfica, donde se activa la información léxica. Al igual que me ocurrió en el bloque anterior, conocer los procesos y habilidades que se ponen en marcha durante el aprendizaje y la práctica de la competencia de comunicación escrita, me sirvió para tenerlo en cuenta en la actividad de este bloque. Son aspectos que me han ayudado enormemente a conocer estos procesos complejos y sobre todo para poder enseñarlos en un futuro a los niños. Hasta ahora, no conocía estos procesos y habilidades. Podía intuirlos, pero no reconocerlos como tal. Ha sido todo un descubrimiento y sin duda me será de gran ayuda para construir el conocimiento de los aprendices con bases sólidas y con conocimiento de causa. Por otra parte, como ya creo haber comentado, siempre me abrumó tener que enseñar estas habilidades: Escribir, leer o comunicar, pues me sentía incapaz de enseñar algo tan complejo sin conocer esos procesos internos y los pasos que se deben dar según su ritmo cognitivo y evolutivo. Es por ello por lo que me tranquiliza enormemente aprender y poner en práctica esto, pues me siento mucho más competente para realizar esa misión.
Comento a continuación las condiciones generales y específicas de la actividad grafomotriz. En las generales (“control motor de la actividad global del organismo, control motor grueso”), encontramos el control tónico, la capacidad de inhibición motriz, control neuro perceptivo-motriz… y en las específicas (control motor fino), encontramos coordinación de movimientos oculares, dominio funcional de la mano, hábitos correcto de presión y presión del útil sobre el soporte, coordinación viso motriz fina… Algo que me ha llamado la atención releyendo el bloque, ha sido la siguiente frase: “el niño debe superar dos obstáculos de forma sucesiva: la adquisición de la forma de las letras y la adquisición de la trayectoria de la escritura” (Labajo, 2020). Esto me ha ayudado aún más a conocer lo que supone el aprendizaje de la escritura en los niños, lo que me permite empatizar aún más con ellos, con sus tiempos y con sus esfuerzos reales que les causa este aprendizaje. Gracias a esto, mis enseñanzas serán más comprensivas, eficaces y adaptadas a las necesidades de los aprendices.
La adquisición de la forma de las letras se forma cuando el niño puede invertir los dos sentidos de su curvatura. El orden de aparición de éstas dependerá de las posibilidades de cada niño, aunque las primeras coincidirán normalmente con el sentido dominante del giro de cada niño. El problema se resuelve al finalizar la etapa de educación infantil, aunque el conflicto de la trayectoria permanece. Existen dos tipos de trayectorias; la propia de cada letra o número y la direccionalidad de la escritura. Por otra parte, se describen los factores que inciden en el aprendizaje y desarrollo de la motricidad gráfica: físico-fisiológicos (donde se tienen en cuenta los niveles de desarrollo generales y específicos), psíquico-cognitivos (donde la maduración mental suficiente favorece la copia y autonomía en los trazos. Los aspectos perceptivo-motrices y la organización del pensamiento se relacionan también con el desarrollo de la grafomotricidad y con el aprendizaje de la escritura) y socioculturales (la letra usada en el ámbito social que rodea el niño debe ser tenida en cuenta. La letra imprenta suele predominar, por lo que debemos crear situaciones funcionales, naturales y significativas donde se entremezclen la escritura de imprenta y manuscrita). Esto no lo conocía en absoluto y me ha encantado poder aprenderlo, pues como he dicho previamente, estoy segura de que me permitirá crear situaciones de enseñanza-aprendizaje más funcionales y sólidas.


En cuanto a los métodos de escritura, siguen el mismo esquema que los de la lectura: sintéticos, analíticos y mixtos, además del aprendizaje constructivo que de nuevo cobra gran interés pedagógico. Existen estrategias diferentes en los métodos de base analítica que son empleadas por los niños en diferentes momentos: estrategia pictográfica, logográfica, alfabética y ortográfica, que parten de la imagen a la copia de palabras, letras y frases. Las metodologías de base constructivista son para mí, las más interesantes. Se sostiene que “lectura y escritura están íntimamente relacionadas y no existe un conocimiento previo del código por lo que no se trabajan actividades previas de desarrollo grafomotriz ni de trazado de grafías. El aprendizaje de lectoescritura se fundamenta en cuatro momentos: aproximación global al lenguaje escrito, enfrentamiento analítico con material escrito, leer y compartir significados y escritura espontánea” (Labajo, 2020). Aquí me sucedió algo parecido a los métodos referidos a la lectura; los desconocía por completo. Estos métodos los considero esenciales para logar una enseñanza adecuada del proceso de lecto-escritura, pues aunque los aprendices no parten de cero, si acceden a la etapa de educación primaria con un método concreto que deberemos descubrir, analizar y modificar poco a poco si fuera posible y necesario.

La caligrafía es otro elemento importante en el aprendizaje y consolidación del proceso de escritura. Definimos caligrafía como arte de escribir con letra bella y correctamente formada o como conjunto de rasgos que caracterizan la escritura de una persona. Se trata, en definitiva, de una proyección de la grafomotricidad. Existen varios aspectos que inciden en el desarrollo de la grafomotricidad: la postura y hábitos, el movimiento gráfico, la presión, la velocidad y el ritmo. Todos ellos los he tenido en cuenta y puesto en práctica en la actividad correspondiente, y han formado parte de la evaluación, pues el proceso también es importante en el aprendizaje. En mi futuro como educadora, deberé tener todas estas cuestiones en mente para poder ponerlas en práctica en todo momento.


Y, finalmente, abordamos la didáctica de la escritura en las aulas de educación primaria. Nuestro trabajo debe enfocarse desde la creación de textos bajo reflexiones de los propios aprendices, donde el orden y la claridad deben ser algunos de los protagonistas para que dichos textos sean legibles y accesibles. Debemos definirles qué tipo de texto queremos que escriban, pues el término redacción es muy amplio y no deja claro nuestro objetivo. Otra forma es que los propios niños decidan qué texto escribir, con qué finalidad, para quién… la coherencia y cohesión también deben estar presentes. Por otra parte, “lo ideal es que los estudiantes puedan leer en voz alta sus elaboraciones y entre todos, aportemos ideas para mejorar tanto los aspectos formales como los de contenido” (Labajo, 2020). El esquema básico para la expresión escrita es el siguiente: anotar las ideas que vayan surgiendo, ordenarlas, realizar una primera escritura que consideraremos como borrador, primera revisión formal, correcciones oportunas y pasar a limpio. Tanto en mi escolarización como en las prácticas que he tenido, esto nunca se ha tenido en cuenta. De hecho, siempre nos mandaban las famosas redacciones, sin concretarnos el tipo de texto. Recuerdo que eso me causaba frustración y sobre todo confusión pues no sabía si lo que escribía era correcto. Y a eso se le sumaba la escasa valoración que recibía, si es que ésta llegaba a mí algún día. En las prácticas si recibían valoraciones, pero muchas de ellas injustas. Por ejemplo, les pedían más o menos extensión, cuando ni si quiera les habían informado sobre ella; ocurría lo mismo con la finalidad del texto.
El decálogo de Cassany también me ha inspirado mucho para plantearme cómo enseñar esta competencia compleja a mis futuros alumnos. Dicho decálogo presenta la siguiente estructura: el aprendiz escribe en clase, escribe cooperativamente, lee lo que escribe, toma responsabilidades discursivas sobre su escrito, usa materiales y recursos contemporáneos, el docente escribe en el aula, actúa como lector, asesor y colaborador, queda prohibido tirar o destruir productos intermedios y escribimos sobre todos los temas para hacer y conseguir cosas que nos interesen. Este decálogo me ha parecido realmente funcional, y estoy completamente segura de que lo emplearé en ocasiones en mis clases de lengua, matemáticas y cualquier otra asignatura en la que tengan que escribir, pues la escritura y lectura pueden y deben trabajarse transversalmente. Además es una fácil solución al problema que he expuesto en el anterior párrafo, pues se trabajan estas competencias con una valoración y reflexión continua que permite a los aprendices adquirir e interiorizar esos aprendizajes competenciales.
Posteriormente, en el bloque se muestra también los pasos a seguir para crear resúmenes: leer el texto silenciosamente, separarlo en párrafos, leer cada uno y destacar ideas importantes, convertir las ideas en esquemas, ordenar las ideas y redactar el resumen y revisar lo escrito. “Es importante poner en común los resúmenes para ir ajustando, poco a poco, la relevancia de la información” (Labajo, 2020). Pero, en educación primaria, se deben elaborar varios textos en gran parte informativos, aunque podemos incluir persuasivos y prescriptivos en actividades concretas. Dentro de los informativos, podremos practicar con textos narrativos, descriptivos, instructivos, explicativos...
La evaluación, como siempre, tiene gran relevancia y es imprescindible para lograr un proceso de enseñanza-aprendizaje completo y efectivo. De nuevo resalto, como en el bloque anterior, la importancia de valorar no solo los resultados, sino también los procesos hasta llegar a ellos y cualidades como el esfuerzo, la constancia e implicación de los aprendices en la realización de las diferentes actividades que planteemos.

En la actividad correspondiente, al igual que en las anteriores, pude fijar los contenidos y aplicarlos a una realidad de contexto educativo: mejorar la caligrafía de tres niños de tres cursos de primaria diferentes. La corrección dada por Irune me sirvió para concretar la diferencia entre la competencia escrita y la mejora de la letra como vehículo de comunicación. Aunque la diferencia parece clara, es fácil confundirla en actividades como la propuesta para este tercer bloque. En mi caso, realicé una actividad donde, aunque la mejora caligráfica era la protagonista, la competencia de comunicación escrita también cobraba especial importancia. En la primera entrega, no definí bien esta diferencia, pero gracias a Irune pude concretarla y establecer por un lado, esa mejora de la letra para facilitar la legibilidad a los receptores, y por otra dejar en un segundo plano el que los niños tengan que escribir creaciones propias (que ya se adentraba en competencia de comunicación escrita). Son correcciones que ayudan a concretar no solo conceptos sino también conocimientos globales, y que son necesarios tener claros en todo momento en las prácticas como maestros.
Esta actividad, junto con las anteriores, me han permitido también desarrollar y trabajar la creatividad, pues a la hora de crearlas he tratado de pensar en situaciones y didácticas originales, que no se basasen en una frase muy oída en nuestro sistema educativo: “en lo que siempre se ha hecho”. Esta frase, cuando la escuché un par de veces en clase, me hizo reflexionar posteriormente y durante este artículo. Nuestra educación debe innovar y tratar de cambiar aspectos como, precisamente, los que he trabajado en las actividades de esta asignatura, la didáctica de las diferentes áreas que configuran la etapa de educación primaria. Siempre he creído en esto, y en estos tres años esta idea se ha ido metiendo en mi cabeza. Espero que, cuando pueda ejercer como maestra pueda ir cambiando, día a día, esta situación.
En definitiva, de nuevo ha sido un bloque y una actividad realmente enriquecedoras que me han permitido desarrollar otros conocimientos y con los que he adquirido nuevas formas de dar las clases y de impartir diferentes actividades.


A continuación, reflexiono sobre los proyectos realizados este segundo semestre, en concreto el segundo de ellos, pues se concreta mucho más la práctica educativa en un colegio real creado por los integrantes de mi grupo y por mí. En el primer proyecto tuvimos que imaginar nuestro colegio imaginado, lo que nos permitió ir introduciendo las bases para el siguiente proyecto que comentaré más profundamente.

En el último proyecto 11, establecimos, entre otras cosas, un proyecto lingüístico del centro, aspecto que me sorprendió pues nunca había oído nada sobre él. Con las investigaciones que realizamos, fui comprendiendo de qué se trataba y su utilidad en cualquier centro educativo. El hecho de que aún no esté implantado en los centros de la comunidad de Madrid me pareció un error, pues pensé que podría enseñarse el área de lengua de manera integral y mucho más significativa. Cuando descubrí por Irune que pronto lo estaría, respiré tranquila. En estos momentos espero que tanto el profesorado de educación primaria (incluidos todos nosotros) como los centros educativos puedan implantar metodologías como las que nosotros hemos establecido (o similares) que se ajusten a ese proyecto lingüístico, y donde se mejore la manera de enseñar la lengua castellana en contextos realmente funcionales, prácticos y extrapolables a la vida real.
Concretando en el proyecto lingüístico, como ya he comentado se trata de un documento que recoge los consensos que en materia lingüística ha adoptado la comunidad educativa de un centro. Su finalidad será la de diagnosticar la presencia y uso de todas las lenguas que conviven en el centro educativo, acordar objetivos lingüísticos, así como planificar y evaluar las actuaciones necesarias en diferentes ámbitos para lograr alcanzar los objetivos lingüísticos alcanzados. El PLC además hace hincapié en trabajar la oralidad para la mejora de la competencia comunicativa. Pero para realizar todo esto, cualquier PLC necesita una organización en el centro que regule los espacios, tiempos y contenidos para el desarrollo de las propuestas y un Claustro comprometido en la mejora de esta competencia lingüística. En definitiva, se trata de un proyecto que aporta numerosas ventajas, como una mayor eficacia, optimización de recursos, ahorro de energía, inmersión lingüística real y funcional. Fuentes: (Luna Gavilán), (Junta de Andalucía).
Las actividades que hemos propuesto, a grandes rasgos, para los tres bloques de conocimiento del área de lengua castellana, han sido realmente importantes para cumplir con los objetivos que habíamos escogido. Ha sido sin duda la parte más funcional de la propuesta, y la que nos ha enseñado a concretar actuaciones en el aula y fuera de ella.


Y en cuanto a las metodologías, se deben definir aspectos metodológicos para el tratamiento coordinado e integrado de las lenguas, como pueden ser: vehicular, comunicativo, funcional, significativo, globalizador, cooperativo-lúdico (con rincones de juego y aprendizaje) … se deben establecer, por otro lado, diferentes metodologías para cada ciclo de educación primaria, como el trabajo por proyectos con un periódico, por ejemplo. La evaluación de nuevo cobra especial importancia; se realizará por medio de pruebas a los aprendices a final de curso y cuyos resultados serán analizados al documento propio del proyecto educativo para constatar su funcionalidad y efectividad en el proceso educativo.

En definitiva, ha sido un proyecto donde, entre otras cosas, he descubierto un proyecto realmente interesante que es capaz de transformar la educación desde dentro y estableciendo metodologías innovadoras que permiten esa inmersión lingüística que favorece enormemente el desarrollo de las diferentes competencias lingüísticas. Como comentaba al principio, espero que nuestra comunidad abogue por proyectos así que mejoran enormemente los sistemas educativos, y sobre todo los procesos de enseñanza-aprendizaje.


A continuación, incluyo algunos enlaces y recursos descubiertos durante el trabajo realizado en esta asignatura didáctica:

  •        Havilect, ha sido una aplicación facilitada por Irune, que me ha parecido realmente interesante para trabajar las micro habilidades que se ponen en marcha durante la competencia lectora.
  •         https://www.dafont.com/es/ Dafont ha sido una página web que descubrí en una de las clases teóricas y que me han ayudado a escoger las tipografías para la actividad del bloque 3. Se trata de un recurso interesante para trabajar la caligrafía.
  •       Los recursos facilitados por Irune sobre lectura han sido realmente útiles para inspirarme en la actividad del bloque 2, aunque será en mi práctica profesional donde realmente haré uso de todos esos materiales. 


CONCLUSIÓN

Y, para finalizar este artículo, me gustaría destacar un par de cuestiones que me han parecido oportunas y que me han surgido tras la realización de las tres actividades y de los proyectos trabajados. Como futuros educadores “debemos entender que nada permanece inamovible y que es necesario renovar nuestras prácticas pedagógicas, siendo coherentes con las generaciones” (Contreras Pabón & Reyes, 2010). La innovación en educación conlleva explícita e implícitamente la formación permanente por parte del profesorado. Pero para ello, “no podemos consentir que aparezca una brecha pedagógica y metodológica entre el periodo inicial de formación profesional de los docentes y su formación permanente, estableciendo cauces de colaboración sólidos y sinceros, que repercutan en un futuro no muy lejano en un aumento significativo de la calidad del servicio que desde la educación, y con distintos ámbitos de responsabilidad, le estamos prestando a la sociedad. Los centros del profesorado deben tender puentes de colaboración que aseguren la presencia de la innovación y de la investigación en nuestros centros educativos. – Estrategias de intervención, didácticas modernas y actuales, actitudes críticas hacia la labor docente y fundamentaciones axiológicas sustentadoras de la necesaria colaboración y motivación deben marcar las líneas conjuntas de intervención a esas nuevas demandas venideras en el campo educativo” (Blanca Pérez & Rueda Parras, 2008). Por tanto, como futura maestra deberé formarme continuamente para poder crear no solo metodologías, sino también actividades y situaciones funcionales que conlleven aprendizajes funcionales, motivadores y significativos en cada una de las áreas curriculares. Esta asignatura, junto con este artículo final, me han permitido desarrollar este criterio, así como descubrir diferentes aspectos que he ido comentando a lo largo de este artículo. Además dichos aprendizajes han quedado interiorizados gracias a estos trabajos funcionales y significativos que he ido desarrollando y por lo tanto, me servirán en mi futuro como maestra aplicándolos en el día a día, realizando evaluaciones continuas, dialogando sobre los procesos con los aprendices y valorando su trabajo, esfuerzo e implicación.


En definitiva, puedo resumir mi aprendizaje durante esta asignatura con algunas palabras clave: incertidumbre, ilusión, obstáculos, enriquecimiento, agradecimiento, emoción. Durante los primeros días pasé por unos momentos de incertidumbre, pues desconocía lo que estaba por llegar (tanto en esta asignatura como en el semestre en general). Posteriormente, esa incertidumbre fue sustituida por una ilusión por lo que estaba descubriendo y aprendiendo en las clases teóricas de lengua. Deseaba que llegaran las actividades para poder aplicar los conocimientos que consideraba que había adquirido. Pronto llegaron los obstáculos, precisamente en las propuestas. Entraron las dudas e incluso miedos por no realizar las actividades correctamente, pero poco a poco fui cogiendo confianza. Esto me permitió seguir disfrutando de mi proceso de aprendizaje que fue realmente enriquecedor. El agradecimiento vino al momento, pues podía observar mis avances en mi formación en este área de lengua castellana e iba tomando consciencia de mis propios conocimientos. Ahora, escribiendo este artículo final empiezo también a ser consciente de que llega el final para esta asignatura, que tanto me ha regalado, y llega la emoción intensa por los aprendizajes y reflexiones profundas realizadas hasta el último momento. Espero lograr, en mi futuro como educadora, transmitir estas sensaciones y valores a los aprendices, así como producir momentos enriquecedores que fomenten los aprendizajes significativos y funcionales a los que tanto me he referido en las actividades y en este artículo.


Bibliografía

Blanca Pérez, A., & Rueda Parras, C. (2008). La formación permanente: tendiendo fuentes. Caleidoscopio(1), 55-63. Recuperado el 15 de mayo de 2021, de https://www.bing.com/search?q=formacion+permanente+profesorado+innovacion+educativa&cvid=00eb47f1f76b469f97e20b7862c20b78&aqs=edge..69i57.14704j0j1&pglt=299&FORM=ANSPA1&PC=LCTS

Contreras Pabón, G. I., & Reyes, R. d. (2010). Biblioteca digital. Recuperado el 14 de mayo de 2021, de La lectura en voz alta como estrategia didáctica: http://bibliotecadigital.usb.edu.co:8080/bitstream/10819/3214/1/lectura_voz_alta_contreras_2010.pdf

Junta de Andalucía. (s.f.). Recuperado el 17 de mayo de 2021, de PLC: http://www.juntadeandalucia.es/averroes/centros-tic/41004265/helvia/sitio/upload/PLC_publicado_en_web_040915.pdf

Labajo, I. (2020). La Salle, centro universitario. Recuperado el 15 de marzo de 2021, de Didáctica de la lengua española: https://online.lasallecampus.es/pluginfile.php/145596/mod_resource/content/1/Did%C3%A1ctica%20de%20la%20Lengua%20Espa%C3%B1ola_teor%C3%ADa.pdf

Luna Gavilán, M. (s.f.). PLC. Recuperado el 18 de mayo de 2021, de https://www.iesjorgejuan.es/sites/default/files/dp8/elcentro/PLC/PLC-y-su-COORDINACION_compressed_compressed.pdf

Regader, B. (s.f.). Psicología y mente. Recuperado el 2 de abril de 2021, de Metacognición: historia, definición del concepto y teorías.: https://psicologiaymente.com/psicologia/metacognicion-definicion

UNIR. (17 de Julio de 2020). Recuperado el 12 de marzo de 2021, de https://www.unir.net/educacion/revista/evaluacion-educativa/#:~:text=La%20importancia%20de%20la%20evaluaci%C3%B3n%20va%20m%C3%A1s%20all%C3%A1,y%20metodolog%C3%ADas%20educativas%20elegidas%20est%C3%A1n%20siendo%20los%20adecuados.

 








viernes, 16 de abril de 2021

BLOQUE 3 -V.2. LA COMUNICACIÓN ESCRITA: LA ESCRITURA.

 INTRODUCCIÓN.

En esta tercera propuesta, realizaré un entrenamiento por modelado (copiado) para tres edades diferentes de educación primaria. Pero para ello, considero relevante e imprescindible, introducir qué significa la escritura, el proceso de escritura, de dónde proviene este sistema y sus funciones y finalidades.

Comenzaré definiendo qué es la escritura desde diferentes perspectivas:

“La escritura es el sistema de representación gráfica de un idioma. Empleamos la escritura para comunicarnos a través de signos trazados o grabados sobre un soporte que puede ser tangible (papel, piedra, madera) o intangible (digital o electrónico). La palabra, como tal, proviene del latín scriptūra.

La escritura es la forma en que fijamos, mediante un conjunto de signos gráficos, el lenguaje con el que hablamos. Es el modo en que los seremos humanos nos comunicamos y transmitimos información, ideas, conceptos, conocimiento o sentimientos de manera no oral desde hace miles de años.




Además, existen varios tipos de escritura, entre los que se encuentran: la alfabética (aquella en la que cada signo representa un sonido del habla), la fonética (en la que cada signo representa un elemento fonético de la lengua), la ideográfica (en la que cada signo representa una idea o concepto), la silábica (en la que cada sílaba tiene un signo correspondiente que la representa en la lengua escrita), la jeroglífica (constituida por ideogramas y pictogramas) y la cuneiforme (que consiste en un conjunto de signos pictográficos con los cuales se representaban, en un principio palabras y objetos, y posteriormente, conceptos abstractos)”(Significados, 2017).

“Los primeros vestigios de la escritura surgieron aproximadamente en los inicios del Neolítico, en el año 6000 a.C. Se trata de los antecesores inmediatos de la escritura jeroglífica, cuneiforme y pictográfica. Sin embargo, se puede afirmar que la escritura propiamente dicha se inventó en muchos lugares a la vez y en distintos momentos de la antigüedad remota.

Por otro lado, la escritura no siempre requirió de los mismos soportes que en su época inicial. De las tablillas de arcilla de los sumerios pronto se pasó a superficies más blandas y portátiles, que eran más duraderas. Se usó también la madera, el interior de pieles de animales y papiros”.


Por otra parte, considero importante describir brevemente la finalidad y funciones de la escritura. La escritura cumple diversas funciones en la vida humana. “Inicialmente, la palabra poseía un rol mágico, ritual o religioso en las comunidades, ya que se la vinculaba con el poder o con lo sagrado. En todo caso, la escritura sirve para la comunicación de ideas: la transmisión de un mensaje, por simple o complejo que sea, entre un emisor y un receptor que pueden estar separados en tiempo y distancia, esto es, una comunicación en ausencia del emisor.

Del mismo modo, la escritura sirve como memoria alternativa, de forma que no tengamos miedo a olvidar conocimientos adquiridos. La escritura tiene mayor duración que la palabra hablada, e incluso más que el pensamiento. En definitiva, gracias a la escritura es posible la acumulación del saber y que cada generación disponga de mayores saberes a su alcance”(Máxima Uriarte, 2020).

A nivel cognitivo, la escritura también incide directa e indirectamente: “Los modelos cognitivos conciben la escritura como un proceso que comprende, a su vez, un conjunto de operaciones, las cuales se ponen en funcionamiento durante el acto de la composición escrita. Esta conceptualización de la escritura ha motivado la mayoría de las investigaciones en educación, en décadas pasadas.”

En esta imagen se muestran los principales procesos cognitivos de la escritura, que están interrelacionados y mediados por la meta cognición. La teoría de la mente nos explica que esta capacidad de meta cognición nos permite “pensar que pensamos”. Y algo que me parece muy curioso y que incide precisamente en las rutinas de escritura que propondré es lo siguiente: “Esta capacidad empieza a aparecer ya en etapas tempranas del desarrollo, durante la niñez. Entre los tres y los cinco años de edad, los niños empiezan a mostrar respuestas concretas que, en ojos de los investigadores, corresponden a la activación de su capacidad para realizar la meta cognición” (Regader, s.f.).


Además, me gustaría apoyar lo descrito por un estudio realizado por Bruner sobre el proceso escrito y su relación con el pensamiento y razonamiento reflexivo que, tanto los niños como los adultos, podemos desarrollar gracias a esa comunicación escrita:

“Brunner (1972:47) en sus estudios sobre el desarrollo cognitivo del sujeto enfatiza que la escritura supone “un entrenamiento específico por su independencia de los referentes inmediatos del contexto que envuelve al lenguaje oral”. En otras palabras, cuando se escribe se tiene que aprender a comunicar sin el apoyo directo de otros comunicantes y del contexto compartido por los interlocutores. El lenguaje escrito se libera del contexto inmediato en el que el discurso oral se desarrolla, donde tienen lugar las conductas no verbales. Esto hace que las habilidades para leer y escribir sean particularmente aptas para el desarrollo y la expresión de cierto tipo de pensamiento. La escritura ayuda a sostener y dirigir el desarrollo cognitivo y amplía las posibilidades comunicativas y reflexivas hasta límites insospechados.

Investigaciones sobre la escritura han demostrado las demandas psicológicas del escritor en comparación con el hablante. Cuando se escribe, el escritor se mueve desde el discurso hablado al discurso escrito. Este movimiento incluye tres importantes ajustes:

De los signos sonoros se pasa a los signos gráficos del lenguaje escrito.

De la comunicación en el aquí y ahora se pasa a la comunicación a través del tiempo y del espacio. 

De la interacción con un interlocutor se pasa a la comprensión y producción del lenguaje verbal en solitario”.

Fuente: (Digbug).

Y, finalmente, considero relevante conocer qué es la competencia escrita, pues aunque no es la protagonista en esta propuesta, si tiene un papel importante en ella.

“La competencia comunicativa escrita es un proceso posterior a la alfabetización… Todo hablante conoce la gramática de la lengua que habla; hace uso de ella de manera inconsciente para comunicar o entender lo que otros individuos, que manejan el mismo código, comunican. Este conocimiento y uso de las reglas, hacen al hablante un competente en ella, entendiéndose la competencia lingüística como: el conocimiento intuitivo que tiene el hablante nativo normal de los datos y estructura del vocabulario, la fonología, la sintaxis y la semántica de dichos datos, en virtud del cual dicho hablante es capaz de producir e interpretar un conjunto indefinidamente grandes de oraciones que constituye la lengua respectiva” (Quintanilla Anglas, 1999).

"La competencia comunicativa escrita puede considerarse como la habilidad para participar en la sociedad como un comunicador activo y eficiente (Hymes, 1974), lo cual implica el dominio de las habilidades necesarias para interactuar en las situaciones propias de la comunidad discursiva a la que se pertenece. 

A partir de Hymes (1974) es posible localizar distintas definiciones de competencia comunicativa con diferentes variables involucradas para su evaluación. No obstante, existe una definición generalizada considerada que es "el conjunto de procesos y conocimientos de diverso tipo (lingüísticos, sociolingüísticos, estratégicos y discursivos) que el hablante/oyente/escritor/lector deberá poner en juego para producir o comprender discursos adecuados a la situación y al contexto de comunicación y al grado de formalización requerido" (Lomas, Osorio y Tusón, 1992, p.28). Con base en esta definición se puede considerar que la competencia comunicativa está conformada por cuatro sub competencias: la lingüística o gramatical, la sociolingüística, la discursiva o textual y la estratégica" (Flores Aguilar, 2014). 

En el desarrollo de esta competencia comunicativa escrita, en el acto de escritura, existe un factor clave para su correcta legibilidad que será el verdadero protagonista en esta propuesta: la caligrafía, que está interrelacionada con la grafomotricidad. "La grafomotricidad - solo utilizada en la escritura manuscrita - es el control motor asociado a la grafía, que implica direccionalidad, tono muscular, coordinación visomotora y ubicación espacial. Se trata de un aprendizaje lento y complejo que debe iniciarse en edades tempranas".

Por otra parte, la caligrafía puede definirse, según el DRAE, como "el arte de escribir con letra bella y correctamente formada" y/o "el conjunto de rasgos que caracterizan la escritura de una persona, de un documento, etc.". Pero, lo que sustenta verdaderamente a esta propuesta es la siguiente premisa: "La caligrafía es una proyección de la grafomotricidad: una vez que los niños son capaces de trazar todos los grafemas de forma adecuada, la escritura manuscrita debe seguir entrenándose y desarrollándose con dos objetivos fundamentalmente: legibilidad y claridad" (Labajo, 2020).


Justificación elección fragmentos para el modelado:

La libertad de elección (siempre que sea posible, y reflexionada previamente atendiendo a la actividad que se vaya a realizar) en la educación es, desde mi punto de vista, una herramienta imprescindible para conseguir un aprendizaje significativo, motivador y relacional. “Tenemos que dejar libertad a nuestro alumnado, para que escriban las palabras o frases que para ellos y ellas son significativas, aunque tengan fallos ortográficos, y en muchas de las ocasiones no tienen significado gráfico alguno, pero si lo poseen para ellos. Y es de este modo cuando se plantean un conflicto entre lo que escriben y lo que realmente quieren transcribir, aprendiendo de este modo las formas y las letras que componen las palabras de forma adecuada”. “Para aprender hay que pensar, hay que construir un conocimiento y reflexionar”  (Alcántara Trapero, 2010).


El modelado, también llamado aprendizaje por imitación o aprendizaje vicario, es una forma de aprendizaje social que ocurre cuando observamos el comportamiento de otros. Es la enseñanza que transmitimos a un niño pequeño cuando realizamos ciertos comportamientos que posteriormente pueden ser imitados por él o la manera en la que aprendemos una nueva habilidad”. Gracias a este tipo de aprendizaje, lograré reeducar la escritura de los tres niños con algunas dificultades, consiguiendo una letra más clara y, sobre todo, legible.

Según Bandura, existen cuatro etapas diferentes en el procesamiento de aprendizaje por modelaje o imitación.

  • Atención: Es la parte clave del proceso de aprendizaje y constituye la medida y forma en la que las personas quedan expuestas a la conducta que va a ser imitada. Las acciones o conductas deben producir cierta excitación y expectativas en los observadores para que su atención sea captada y el comportamiento de los observadores sea influenciado.
  • Retención: Es la parte del proceso relacionada con la memoria. Para poder posteriormente imitar los comportamientos, los observadores deben tener la capacidad de retener en su memoria las acciones que han captado su atención. Sin un buen procesamiento de almacenamiento, las conductas no serán aprendidas.
  • Reproducción: Esta es la fase en la que se reproduce el comportamiento aprendido. Para que se lleve a cabo debemos tener las capacidades físicas y psicológicas para hacerlo. Por ejemplo, podemos ver a una gran cantante entonar una melodía de forma prodigiosa, pero, aunque esto haya captado nuestra atención y haya quedado retenido en nuestra memoria, quizás nos sea difícil reproducir esta acción si no poseemos las capacidades vocales de la artista.
  • Motivación: En esta fase del procesamiento del modelado, si se tienen en cuenta las consecuencias del ambiente ante la nueva conducta emitida. Si al comportamiento le ha seguido una consecuencia negativa, probablemente la persona no continuará emitiendo estas acciones. Si por el contrario las recompensas superan el coste de realizar la acción, la conducta irá quedando instaurada poco a poco y será posteriormente repetida. (Matínez, 2020).

 

Este aprendizaje incluye varios aspectos que tendré en cuenta para evaluar: la grafo motricidad, las habilidades que intervienen en la escritura (la percepción, la correcta integración viso-auditiva, el desarrollo de estructuras temporales, la memoria auditiva y visual, lateralidad correcta y direccionalidad izquierda-derecha) y los factores físico-fisiológicos, psíquico-cognitivos, socioculturales y la madurez mental del aprendiz. (Labajo, 2020).

“Escribir es un proceso complejo que implica diversos subprocesos y operaciones.

En primer lugar es necesario saber para qué y para quien se escribe y sobre qué se quiere escribir, es decir el escritor se sitúa en relación con el contexto entendido como esfera, como ámbito de comunicación".

“En la enseñanza de la escritura se hace imprescindible mediar situaciones que permitan a los alumnos hablar sobre los textos. Decíamos que se aprende a escribir durante el proceso; y esto implica la colaboración de los otros a través de una organización del trabajo que lo permita: escritura en colaboración, revisión por parte de los compañeros, del grupo, conversaciones con el profesor. La interacción oral es un instrumento imprescindible para aprender a escribir. En estas situaciones de interacción oral, los alumnos utilizan el lenguaje para hablar de los textos que producen, es decir están usando la lengua en su función metalingüística”(Camps, 2020)


La legibilidad de los escritos será el factor fundamental y principal que deberá mejorarse y tener en cuenta. La postura, presión, movimientos gráficos, la presión, velocidad y ritmo serán también aspectos que se evaluarán y tendrán en cuenta pues inciden positiva o negativamente en la mejora de legibilidad que buscamos. Utilizaré bastantes reflexiones con cada aprendiz, para que comprendan que la legibilidad es imprescindible para la comunicación con los demás y transmitir sus pensamientos, emociones y reflexiones lo más cercano posible a lo que ellos desean transmitir.

En los niños de 2º de primaria, la copia de letras, palabras y frases es muy apropiado, por lo que basaré la rutina en este aspecto.

En  deben continuar perfeccionando su cuidado de la letra y limpieza del escrito, así como la claridad y legibilidad. Es el cambio del útil con el que seguirán escribiendo. Pasan de escribir con lápiz al bolígrafo.

Y en , los niños están en la etapa del autodescubrimiento, donde empiezan a querer personalizar su letra-. Acompañaré en ese proceso a la niña de este curso, partiendo de un modelo de letra semejante al suyo y que poco a poco irá personalizando pero sin perder la claridad y legibilidad.

La concentración, el tiempo y la práctica serán las bases sobre las que deberán trabajar los niños. Esto se lo haré saber a todos, sin importar la edad.



ENTRENAMIENTO POR MODELADO (COPIADO) Y EVALUACIONES.

A continuación, comienzo con el entrenamiento por modelado en los diferentes cursos.

2º DE PRIMARIA.

Presento a un niño hipotético, Mateo, que presenta dificultades a la hora de presentar una letra clara y legible. Su letra está normalmente muy sucia, apenas respeta los márgenes y no se puede muchas veces leer por diversos motivos. Entre ellos destacan: palabras juntas y separadas incorrectamente, no suele respetar los márgenes, muchas veces difuminadas por pasar el dedo o no borrar correctamente… En estas edades, aproximadamente 7 años, están ansiosos por aprender y por superar metas o retos propuestos por sus compañeros, padres, madres o profesores.


 “El desarrollo intelectual, junto con los deseos de aprender cosas nuevas, les lleva a mostrar una actitud investigadora, que les permite una gran ampliación de los conocimientos. Es la edad de la razón. Comienzan a comprender y utilizar razonamientos lógicos, y se vuelven más reflexivos y responsables, con una mayor capacidad de concentración y perseverancia en las actividades que realizan” (Psicología evolutiva).

Es por ello por lo que aprovecho estos dos aspectos para proponer esta actividad y que le resulte motivadora. Tanto en este caso, como en los que presentaré a continuación, tendré en cuenta diferentes aspectos importantes, como el ritmo de aprendizaje de cada niño atendiendo a su peculiaridad y edad, el tiempo de cada modelado (quizás los diez minutos diarios sean suficientes para las niñas de 4º y 6º, pero escaso para el niño de 2º. En todo caso, les informaré que es un tiempo aproximado, que si solo emplean 8, 9, 11 o 12 minutos durante el modelado no pasa nada, pero que deben intentar adecuarse a ese tiempo según vayan asimilando la tarea que les propongo).

Antes de comenzar a proponerle la actividad de modelado, reflexionaré con todos los niños de  clase sobre la importancia de escribir, y prestaré especial atención a dos objetivos: lograr escribir de forma clara y que, gracias a esto, se pueda leer fácilmente. De esta forma, el niño concreto podrá acercarse al objetivo principal que se persigue con la actividad.

Al final de la clase, a solas con Mateo o en uno de los ratos donde están trabajando individualmente, le pediré que escriba dos frases aproximadamente sobre sí mismo. Reflexionaré con él sobre su letra, qué le parece, si cree que otra persona podría leerla sin dificultad. Además, me fijaría en cómo escribe: la posición de su cuerpo, cómo coge el lápiz… Le haría ver que a mí me cuesta leer o interpretar lo que ha escrito y le pediría que me lo leyera explicándome su pensamiento al escribirlo. Por otro lado, le indicaría mejores formas de coger el lápiz y le haría probar con diferentes posiciones, hasta que encontrara la postura más cómoda para escribir (tanto de su mano como de su cuerpo). Le propondría entonces la actividad intentando convencerle de la importancia de su trabajo constante en casa, que no será largo, solo apenas diez minutos, así como su interés y convicción para querer mejorar.  

 Le propondré aproximadamente cada semana o mes (según su evolución) diferentes tipografías, que aparecen a continuación, para que vaya experimentando con cuál se ve más cómodo. He escogido dos letras ligadas, pues es la que normalmente han aprendido, pero finalmente le propondré la no ligada que es algo más fácil, para que también pruebe cómo se desenvuelve en ella. Cada vez que me devuelva las copias que ha realizado, iré reflexionando con él cómo se ha sentido, sus avances y los aspectos que debe seguir mejorando, si se ha fijado en su postura corporal... De esta forma, le iré ayudando a definir una letra que le sea efectiva, legible y abordable. 


He escogido la tipografía ligada denominada “Little days” ya que considero que es una letra a la que el niño está acostumbrado, y con la que siempre ha escrito. Además, es una letra amplia y asequible para un niño de aproximadamente 7 años. Por otra parte, he escogido también una letra desligada, para que también pruebe con ella como he indicado previamente. Esta otra tipografía podría resultarle más sencilla de realizar, pues no requiere que no despegue el lápiz del papel, y las letras como la b o la s permiten un movimiento grafomotor más natural y sencilloEste aspecto es importante, pues debemos recordar que el control motor fino y la coordinación de los movimientos al escribir son aún complejos para estos niños, aún están aprendiendo a controlarlos y manejarlos mejor. Además, sigue manteniendo la amplitud y claridad a la hora de leerse.


Para que mejore su claridad a la hora de escribir, comenzará con los primeros copiados escribiendo con rotuladores estilo alpino, de forma que comprenda que la amplitud de sus movimientos grafo motores que realice a la hora de escribir son muy importantes. Poco a poco le iré cambiando los rotuladores de grosor, de forma que empiece con los más gordos que haya y terminar con los más finos y poder pasar al lápiz. En cuanto al papel, mientras escriba con los rotuladores, le pediré que escriba sobre cartulinas y folios, de forma que también vaya observando la presión con la que escribe. Cuando vaya mejorando le iré indicando y retándole a que intente que no se note el rotulador por la cara de atrás.



Cuando pase al último rotulador fino y lapicero, ya le propondría que escribiera sobre cuadernos con pautas y con los márgenes definidos. Le pediré que observe si respeta o no los márgenes y líneas donde escribe, haciéndole ver que también eso es importante a la hora de leer cualquier texto legible. Además, me inclino a pensar que el niño valorará la gran ayuda de estos cuadernos frente a las cartulinas y folios, para no torcerse y respetar precisamente esos márgenes.



Al ser un ejercicio de carácter rutinario, debe motivar al niño lo suficiente para querer día a día copiar y escribir. Le propondré que escoja el texto que en su día escribió sobre el siguiente tema: De todo lo que te ha pasado en la semana ¿qué es lo que más te ha gustado?, ¿por qué? Le explicaré que debe copiar ese fragmento en su casa. Para ello, le daré una hoja en la tipografía correspondiente con su texto. Además, le indicaré también que todos sus avances serán recompensados, pues el esfuerzo, la implicación y constancia son muy necesarios en su proceso de aprendizaje.

Por ello, cada vez que mejore y consiga llegar al siguiente “nivel” de la propuesta, se lo haré saber y le dibujaré una cara sonriente con un mensaje de enhorabuena en su agenda. De esa manera, irá acumulando caras sonrientes y mensajes positivos. Además, le explicaré que cada vez que llegue a cinco mensajes y caras sonrientes, tendrá la oportunidad de ser uno de los que escribe la fecha en la pizarra. Será en ese momento, donde aprovecharé para explicarle la utilidad de la rutina: mejorar su letra, hacerla legible y que todos sus compañeros y familiares puedan leerla claramente.

 

Le evaluaré día a día con este cuadro de observación de manera que constate su evolución. No le pediré que se autoevalúe, ya que día a día revisaré su copiado y le preguntaré sobre cómo lo ha hecho y lo que ha observado. Se tratará de una autoevaluación implícita. Como maestra tomaré notas en el apartado de observaciones sobre lo que me dice o lo que interpreto de sus palabras.

  

Ítems  

     1.      Poco.      

     2.      Regular.

     3.      Bastante.

      4.      Mucho.

1. Ha realizado el copiado.

 

 

 

 

2. Ha respetado las pautas que se le han dado: útil, texto, tipo de papel…

 

 

 

 

3. Muestra implicación en el proceso.

 

 

 

 

4. Comunica sus dificultades y/o puntos fuertes.

 

 

 

 

5. Su letra es clara.

 

 

 

 

6. Su letra es legible.

 

 

 

 

7. Presenta una mejora en la presentación del escrito respecto al anterior.

 

 

 

 

8. Respeta el texto de referencia.

 

 

 

 

9. Observa su proceso de escritura.

 

 

 

 

10. Muestra actitud crítica.

 

 

 

 

11. Reflexiona sobre su resultado caligráfico y su evolución. 

 

 

 

 

Observaciones.

 

 

 

 4º DE PRIMARIA.

En este caso, presento a una niña de aproximadamente 9 años, llamada Gloria. Ha pasado a escribir con bolígrafo, y su letra no es lo suficientemente legible como para poder leerse adecuadamente. Su letra no está muy definida, y en ocasiones está apretujada. Además, muchas veces no termina las letras adecuadamente, lo que dificulta aún más su legibilidad.

Esta niña, junto con los compañeros de su clase, está viviendo un acontecimiento extraordinario que supone para ella interés, curiosidad e incluso ilusión. Se trata de una etapa escolar donde los niños pasan de escribir en cuadernos pautados a cuadernos de cuadros o líneas. Otro proceso que supone para ellos un nuevo aprendizaje, pues deben orientar la forma de sus escritos de otra manera.

Por ello, el material que empleará la niña serán estos cuadernos a los que deberá “enfrentarse” en el resto de su etapa escolar de primaria. En cuanto al útil, al principio de la rutina que le propondré, le plantearé que escriba con un lapicero de punta gorda, para que sus movimientos grafo motores empiecen a ser más definidos, amplios y claros. Poco a poco, le iré reduciendo la punta de los lápices de grosor, hasta que termine con un lápiz de grosor estándar. Posteriormente, escribirá con un bolígrafo de punta fina de la marca Stabillo. Será en este momento donde le propondré el siguiente reto personal: “Dibujar y escribir palabras que describan cómo eres”, de esta forma, conocerá la textura del bolígrafo nuevo. Le ayudará a definir la presión con la que escribe mejor, el grosor de sus letras y dibujos, el tamaño, la forma en la que coge el bolígrafo… le explicaré y reflexionaré con esta niña, que lo más importante es que se pueda leer todo lo que escriba, que coja bien el objeto con el que escribe, que le guste su propia letra, etc. Le haré comprender que el contenido de sus escritos no tendrán mayor importancia, pues en estas rutinas, prestaremos toda la atención a su caligrafía y sus procesos grafomotores. 





Una vez adquiera una letra clara y legible, tras mis supervisiones diarias y semanales, será el momento de explicarle la rutina real de modelado con el bolígrafo bic. En esta ocasión, le enseñaré algunas tipologías de letra, dos ligadas y dos desligadas, e incluso al final de la rutina, cuando haya mejorado mucho, le propondré una letra ligada inclinada. Mi objetivo es que Gloria encuentre la tipografía que más le gusta y con la que se encuentra más cómoda, mediante la práctica diaria. Semana a semana, le iré proponiendo dichas tipografías que se muestran a continuación. Reflexionaré con ella sobre cómo se ha sentido con esa letra. Y finalmente, le preguntaré cuál le gusta más y reforzaré ese tipo de letra con los últimos modelados escritos. 




La primera está en negrita, es más gruesa, y puede permitir a la aprendiz desarrollar una letra más definida y amplia. La segunda, “paper daisy” es más bien fina y algo más estrecha. De esta forma, Gloria podría practicar primero su amplitud, grosor y presión al escribir y con la segunda, definir esa amplitud para que no se solapen las letras y practicar de nuevo la presión. Con las letras ligadas ocurre algo similar. Con esto pretendo que pruebe con diferentes tipos de letra donde encuentre el punto exacto de presión, amplitud e inclinación que permitan obtener una escritura bonita, legible y clara para cualquier persona que lo lea. Esto trataré de explicárselo al final de la rutina (o durante la rutina, dependiendo de su implicación, motivación, sus avances y mejoras…), cuando haya trabajado con todas las tipografías, para que encuentre sentido a su aprendizaje y a su rutina diaria.  

Los niños y niñas de aproximadamente 7 años, suelen estar interesados en desarrollar sus propias destrezas, habilidades, capacidades… La motivación suele ser intrínseca, pero como maestra mi función es reforzar esa motivación con ejercicios que les llamen la atención o que despierten en ellos algún tipo de interés. Por ello, le propondré una actividad con carácter rutinario que deberá hacer en su casa todos los días de exactamente 10 minutos. Le propondré que copie sus propios textos escritos por ella, para mejorarlos y hacerlos más legibles. Le pediría que escogiera algún texto que haya escrito, por ejemplo con el tema “¿dónde vivo?” que habría escrito en alguna de las semanas anteriores. Deberá copiar el fragmento en su casa durante las siguientes semanas. Le explicaré que la escritura es un medio para que transmita sus pensamientos e ideas y para que comunique al mundo, a la clase o a sus amigos dónde vive. Le haré entender que nadie puede contar mejor que ella sus vivencias y experiencias relacionadas con su entorno y que uno de los medios por el que puede comunicarse es precisamente la escritura. En este momento, le recordaré que lo más importante es la legibilidad y no tanto el contenido de su escrito. A esta edad, los niños suelen empezar a ser menos egocéntricos y empiezan a darse cuenta de su entorno y de lo que les rodea. 



 Revisaré el fragmento que haya copiado, para asegurarme de que no ha cometido faltas de ortografía, pues considero importante que la niña vaya leyendo fragmentos escritos ortográficamente correctos. Si fuese el caso, le invitaría a que pasara el texto a limpio. El fragmento deberá tener una extensión de aproximadamente 4 líneas. Cada semana copiará el mismo fragmento escogido. Le proporcionaré cada semana el texto escrito por ella en la tipografía correspondiente.

Cada día, Gloria deberá traer su copiado a clase, y lo revisaré con ella cada día al principio, y poco a poco las revisiones se realizarán semanalmente y en períodos más extensos. En estas revisiones siempre procuraré decirle sus puntos fuertes, así como felicitarle por sus avances y mejoras, pero también aquellos aspectos que debe seguir trabajando. Es una manera de guiar a la niña en su proceso de aprendizaje y de hacerle ver que la acompaño en todo momento y que la oriento siempre que lo necesite. En este caso, también tendrá recompensas, como los sellos con mensajes motivadores que plasmaré en sus copiados siempre que hayan mejorado o se observe su implicación y esfuerzo.




 Posteriormente, será Gloria la que tendrá que ir poniéndose los sellos según haya realizado el copiado (esto lo hará día a día, y le ayudará a completar la autoevaluación semanal) y mi misión será revisar también qué sellos se ha puesto y por qué.

Reflexionaré con ella sobre su letra, si le gusta, si se siente cómoda con ella, cuál le gusta más, etc. Para ello, le pediré que complete una rúbrica de autoevaluación. Cada viernes, tendrá que rellenar la rúbrica, englobando su proceso durante la semana y se deberá ayudar de los sellos puestos por mí y por ella misma. Le explicaré que gracias a su autoevaluación, podremos ir descartando tipografías y seleccionando las que más se adecúan a su personalidad y las que más le ayudan a escribir de forma clara y limpia.

Rúbrica de autoevaluación:

 

Poco.


Normal.


Mucho.


1. Me gusta la letra.

Apenas me gusta la letra, es muy pequeña o muy grande. La forma no me gusta.

Está bien, me gusta. Sin más.

Preferiría quizás otra letra más bonita.

Me encanta esta letra. Es preciosa.

2. Me ayuda a escribir mejor.

Se me hace muy difícil escribir con esta letra.

Escribo bien.

Escribo muy bien. Es fácil y cómoda.

3. Se lee bien con esta letra.

No se lee bien.

Se lee bien.

Se lee muy bien.

4. Me cuesta escribir con esta letra.

No me cuesta nada escribir con esta letra.

Escribo bien pero me cuesta.

Es muy difícil escribir con esta letra.

5. Mi postura corporal durante el copiado ha sido buena.

Casi nunca mi postura era buena.

Tengo que mejorarla.

Hay días que sí y otros no.

Casi siempre sí.

Siempre ha sido buena mi postura corporal durante la escritura.



Hoja de observación. Será la misma que la de 2º, pero incluyendo algunos ítems que considero relevantes y necesarios para observar y evaluar.

Ítems.

1. Poco.

2. Regular.

3. Bastante.

4. Mucho.

1. Ha realizado el copiado.

 

 

 

 

2. Ha respetado las pautas que se le han dado: útil, texto, tipo de papel…

 

 

 

 

3. Muestra implicación en el proceso.

 

 

 

 

4. Comunica sus dificultades y/o puntos fuertes.

 

 

 

 

5. Su letra es clara.

 

 

 

 

6. Su letra es legible.

 

 

 

 

7. Presenta una mejora en la presentación del escrito respecto al anterior.

 

 

 

 

8. Respeta el texto de referencia.

 

 

 

 

9. Observa su proceso de escritura.

 

 

 

 

10. Muestra actitud crítica.

 

 

 

 

11. Reflexiona sobre su resultado caligráfico y su evolución. 

 

 

 

 

12. Muestra valores como la constancia, interés y esfuerzo.

 

 

 

 

13. Completa las autoevaluaciones y reflexiona sobre ellas.

 

 

 

 

14. Observa y analiza su propia postura durante las escrituras.

 

 

 

 

Observaciones.

 

 


6º DE PRIMARIA.

Finalmente, presento el último caso, una niña de aproximadamente 11 años que también presenta una escritura manual poco legible y clara. Se llama Berta. Esta edad suele ser, sobre todo para las niñas, una etapa de autodescubrimiento, de forjar una identidad propia, de personalizar sus avances y aprendizajes... son aspectos importantes a tener en cuenta, sobre todo porque inciden directa o indirectamente, en el proceso de escritura de estos niños y niñas.

A esta edad, los niños y niñas suelen querer más independencia familiar, empiezan a forjar relaciones de amistad, sobre todo del mismo género. (Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, 2021). A raíz de esa toma de conciencia de la propia personalidad, esta etapa suele involucrar la aparición de “dos conductas aparentemente contradictorias, una pro social, de conciencia y ayuda a los demás, y otra antisocial, asociada a la resistencia, en ocasiones violenta, a lo establecido”. (Desarrollo evolutivo en la infancia y adolescencia, 2015).

A continuación presento cómo le explicaría Berta la rutina que tendrá que realizar diariamente para mejorar su letra y que pueda leerse por cualquier persona.



Reflexionaré con ella y con la clase, sobre la importancia de una escritura legible y clara y de cómo estos aspectos favorecen a que el mensaje llegue a los receptores. Posteriormente, le pediría a Berta un escrito que haya realizado en clase o en su algún día, uno que le guste mucho. Le pediré que me lo lea, y le haré cuestiones como: ¿qué te parece tu letra?, ¿te gusta?, ¿qué tipos de letras te gustan?, ¿por qué?, ¿crees que tu letra puede mejorar?, ¿cómo?, etc.

Por otra parte, le haré reflexionar sobre qué importancia tienen las letras, la tipografía, la disposición de ellas en un papel… para ello, le enseñaré la imagen que muestro a continuación, y posteriormente dos cartas: una con una presentación limpia, letra bonita, legible, atractiva y otra carta, con una letra apretujada, sucia, con tachones, etc. Le preguntaré cuál le gusta más y qué piensa sobre la persona que ha escrito una carta y otra. Reflexionaré con ella también sobre la imagen que le mostré antes y le haré sopesar la importancia de la caligrafía, de la legibilidad, de la limpieza a la hora de escribir, y de cómo el conjunto de esos aspectos nos define y representan. 


En este caso, le presentaré poco a poco varias tipografías, se trata de un “catálogo” amplio para que empiece a definir y descubrir una escritura personalizada, propia y que se adapte a sus intereses. Pero también debe ser una tipografía que permita escribir lo suficientemente asequible como para que sea legible, un aspecto que como ya he comentado es indispensable para que la comunicación pueda existir.


Fuente: (Dafont, s.f.).

He escogido más tipografías, ligadas, desligadas e incluso una que podría considerarse mixta, como es la llamada “Soulmate”, que tiene la letra s desligada. He escogido estas tipografías por motivos similares a los de los otros cursos, por su inclinación, amplitud, grosor… He incluido también algunas con un estilo diferente, como es la “Tangerine” o “Aerwyna”, precisamente para que Berta pueda descubrir diferentes letras y encuentre la que más le gusta. Mi objetivo es que vaya encontrando su escritura personal y que ésta vaya acorde con su personalidad; se tratan de dos construcciones psicológicas y grafomotoras en las que le acompañaré y guiaré como maestra. 

Será el momento de proponerle, que debe copiar 6 líneas del texto que más le haya gustado escribir durante el curso escolar con una de las tipografías, la que más le guste. Probablemente el texto escogido trate sobre algo que le interese mucho, o que hable sobre ella o su entorno. Le encomendaré también que visite la página dafont y que escriba en ella las seis líneas escogidas en la tipografía que escoja, de entre las propuestas. Será una pequeña rutina que le motivará y hará sentirse protagonista de su propio aprendizaje (le indicaré que normalmente soy yo la que hace esa pequeña tarea, pero que considero que ella es muy capaz de poder realizarla).

 Una vez completada, a la semana siguiente, le explicaré que tiene que copiar el fragmento (revisado previamente por mí y por ella misma) en una de las tipografías, esta vez a mano. Le indicaré que deberá copiarlo con una pluma sobre un folio. De esta forma, Berta irá comprobando que con la presión con la que escribe es demasiado, e irá experimentando la fuerza con la que debe escribir. Poco a poco, y cuando haya experimentado con todas las tipografías, le indicaré que debe copiar ahora en su cuaderno cuadriculado, respetando los márgenes. Deberá ir descartando tipografías que no le gusten, y le iré asesorando y orientando en todo estos primeros procesos. Una vez haya cogido el truco a la pluma y la presión grafo motora, le indicaré que ya debe escribir con su bolígrafo usual u otro que elija y que le ayude en su proceso de escritura.




Cuando observe que el texto que copia día a día empieza a provocarle aburrimiento o desmotivación, le propondré que escoja otro de sus textos escritos de otros años, o en el actual que trate sobre otro aspecto que le interese mucho. Le indicaría de nuevo que debe ser un texto de aproximadamente 6 líneas, y que deberá copiarlo rutinariamente en diez minutos cada día. Le recordaré que debe prestar mucha atención en su letra y caligrafía, procurando mejorarla poco a poco. 

Día a día, semana a semana y mes a mes (según vaya evolucionando), tendremos unos momentos de reflexión de su proceso escritor (grafomotor), así como de sus sentimientos y valoraciones acerca de él. De esta forma, como maestra podré ir cambiando o modificando los tiempos, modos de hacer… adecuándome lo mejor posible a sus necesidades e intereses. De este modo, Berta estaría realizando también un proceso de autoevaluación, que también tendré en cuenta en la hoja de observación correspondiente.

En esos momentos de reflexión y revisión de los modelados, también le comunicaré aquellos aspectos que ha realizado muy bien, y de aquellos en los que aún debe seguir mejorando. En todo momento, le explicaré lo importante que es lo que está realizando y pondré sobre la mesa la importancia que tiene también su actitud ante la tarea. Le demostraría que su capacidad de esfuerzo merece la pena, y que sus ganas de aprender juegan un gran papel.

 

Hoja de observación.

Ítems.

1. Poco.

2. Regular.

3. Bastante.

4. Mucho.

1. Ha realizado el copiado.

 

 

 

 

2. Ha respetado las pautas que se le han dado: útil, texto, tipo de papel…

 

 

 

 

3. Muestra implicación en el proceso.

 

 

 

 

4. Comunica sus dificultades y/o puntos fuertes.

 

 

 

 

5. Su letra es clara.

 

 

 

 

6. Su letra es legible.

 

 

 

 

7. Presenta una mejora en la presentación del escrito respecto al anterior.

 

 

 

 

8. Se autoevalúa y corrige o mejora sus puntos débiles.

 

 

 

 

9. Respeta el texto de referencia.

 

 

 

 

10. Observa su proceso de escritura.

 

 

 

 

11. Muestra actitud crítica.

 

 

 

 

12. Reflexiona sobre su resultado caligráfico y su evolución. 

 

 

 

 

13. Realiza aportaciones sobre los resultados y formas de abordar la tarea.

 

 

 

 

14. Conoce el objetivo de la actividad y su utilidad.

 

 

 

 

15. Demuestra capacidad de esfuerzo, interés y constancia.

 

 

 

 

Observaciones.

 

 


AUTOEVALUACIÓN COMO MAESTRA.

Como ya he indicado en la propuesta anterior, la autoevaluación sobre nuestras actuaciones como maestros es de vital importancia. Nos permite reflexionar sobre nuestro papel, sobre nuestros puntos fuertes y débiles, sobre lo que hemos realizado bien y lo que podemos mejorar. La actitud crítica y autocrítica que esperamos de los aprendices tiene que ser parte de nosotros también. Es fundamental reflexionar y darse cuenta de cómo hemos desarrollado la actividad y sobre cómo hemos conseguido (o no) nuestros objetivos, si hemos conseguido transmitir correctamente a los aprendices, con el tono, volumen y adecuación del lenguaje correcto...

Autoevaluación como maestra:

Ítems para evaluar.

1. Muy poco.

2. Poco.

3. Bastante.

4. Mucho.

5. Muchísimo.

1. He motivado a los alumnos para la realización de los copiados.

 

 

 

 

 

2. He anotado y reflexionado sobre su evolución.

 

 

 

 

 

3. He transmitido claramente la evaluación realizada a los aprendices. Tono, vocalización.

 

 

 

 

 

4. He logrado alcanzar los objetivos propuestos

 

 

 

 

 

5. He conseguido transmitir la importancia de la rutina propuesta a los diferentes aprendices.

 

 

 

 

 

6. He adaptado mi lenguaje y actividad a los diferentes tipos de aprendices, atendiendo a edad, sexo, personalidad…

 

 

 

 

 

7. He recogido en las hojas de observación lo necesario e imprescindible a evaluar.

 

 

 

 

 

8. He realizado un seguimiento correcto en los diferentes modelados realizados.

 

 

 

 

 

9. He mediado en el proceso enseñanza-aprendizaje correctamente y atendiendo a las necesidades e intereses de los niños y niñas.

 

 

 

 

 

10. Las recompensas eran las adecuadas y apropiadas según la evolución y edad de los niños.

 

 

 

 

 

Observaciones.

 

 


CONCLUSIONES Y REFLEXIONES FINALES.

Gracias a esta propuesta, he profundizado en lo que significa la escritura y el proceso de escritura. Ha sido una tarea que me ha permitido acercarme a mi futuro como maestra y que me ha ayudado a reflexionar sobre la importancia que tiene el saber transmitir a los aprendices tus objetivos, así como contagiarles la ilusión y motivación por aprender y mejorar día a día en ese proceso. Por otra parte, ha sido una actividad muy bonita y enriquecedora a partes iguales, pues he podido crear diferentes rutinas de modelado (una de las miles de propuestas que tendré que crear en mi futura profesión). He tenido la oportunidad de situarme en tres edades clave en el aprendizaje de la escritura y sobre todo, de hacerla legible y comprensible para los demás. He tenido también que adecuar y adaptar tanto la propuesta de la rutina, como la justificación y los modos de realizarla a cada una de las etapas (2º, 4º y 6º), atendiendo a aspectos como la edad, el sexo, las motivaciones, las peculiaridades de cada niño, etc.

Ha sido una práctica que me ha demostrado de manera muy clara y visible, como la individualización del aprendizaje de cada niño y niña, es posible en la escuela, pero requiere trabajo, reflexión y constancia por parte de cualquier maestro. Por otro lado, he aprendido también cómo abordar la escritura, desde un ejercicio de mejora personal, de retos y no tanto de deberes o actividades extra. Además, también me ha permitido abordar la evaluación y autoevaluación, desde una herramienta de reflexión y mejora, y no tanto de calificación. Asimismo he podido constatar una manera de hacérselo saber a los niños y de demostrarles que es necesaria esa evaluación, para mejorar y darse cuenta de nuestros puntos fuertes y débiles.

En definitiva, agradezco enormemente este tipo de propuestas, pues como ya he dicho, es un acercamiento práctico a mi futuro profesional, así como me ha permitido también fijar y asimilar conceptos teóricos aprendidos en clase. 



Bibliografía

Alcántara Trapero, M. D. (31 de junio de 2010). Innovación y experiencias educativas. Recuperado el 29 de marzo de 2021, de El aprendizaje de la escritura: https://archivos.csif.es/archivos/andalucia/ensenanza/revistas/csicsif/revista/pdf/Numero_31/MARIA_DOLORES_ALCANTARA_TRAPERO_01.pdf

Camps, A. (2020). La Salle Campus. Recuperado el 29 de marzo de 2021, de Siete principios en que basar la enseñanza de la escritura en educación Primaria y secundaria: https://online.lasallecampus.es/pluginfile.php/145593/mod_resource/content/1/LEER%20-%20Siete%20principios%20en%20que%20basar%20la%20ense%C3%B1anza%20de%20la%20escritura.pdf

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ARTÍCULO FINAL

 INTRODUCCIÓN. En este artículo final, pretendo dejar constancia de todos mis procesos de aprendizaje, así como los propios conocimientos qu...